En esta semana se publicó el “Informe Global de Gasto en Salud 2020: Capeando la Tormenta”, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cual ofrece cifras actualizadas de gasto y financiamiento a la salud en el período 2000-2018, para 190 países, utilizando una metodología estándar comparativa de cuentas de salud, con lo cual procura ayudar a visualizar su trayectoria hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). https://www.who.int/news-room/events/detail/2020/12/09/default-calendar/launch-of-global-health-expenditure-report
El período de la data analizada es previo a la crisis del Covid-19, pero el informe ofrece algunas consideraciones sobre los presupuestos asignados recientemente a atenderla y, sobre todo, llama la atención sobre la necesidad de construir sistemas de salud resilientes que aseguren la seguridad nacional y permitan avanzar hacia las metas de la Salud Universal (UHC – Universal Health Coverage, en inglés).
El informe llega a la conclusión de que el progreso hacia la cobertura de servicios esenciales en salud con adecuada protección financiera sólo será posible si se enfrentan de manera deliberada las debilidades tanto de los sistemas sociales como del propio sistema de salud.
El Covid-19 tomó desprevenidos a casi todos los países y mostró, de manera clara, que muchos de ellos no habían invertido lo suficiente para fortalecer sus sistemas de salud – incluyendo el necesario financiamiento a los llamados “bienes públicos en salud”: aquellas actividades reservadas a la función de liderazgo y gobernanza, las funciones esenciales de salud pública, que son básicas en el contexto de la seguridad nacional.
Indica el documento que estas inversiones son una PRIORIDAD SOCIAL Y ECONÓMICA, para todos los países, de todos los niveles de ingresos y en todas las regiones. “La justificación para invertir en salud se ha comprobado ya, de una vez por todas. Las pérdidas del PIB global causadas por la pandemia del Covid-19 se ha estimado en US$ 4 trillones, mientras que las necesidades para financiar los Bienes Públicos en Salud a fin de asegurar la preparación para las epidemias se estiman en aproximadamente US$ 150 billones por año.”
Esto confirma los resultados de otro estudio realizado por la Junta de Monitoreo de la Preparación Global (Global Preparedness Monitor Board – GPMB), una entidad independiente de monitoreo y rendición de cuentas para asegurar la preparación para crisis de salud mundial, cuando ofreciera declaraciones hace unos meses ante la reunión de ministros de finanzas del G20 e indicaba: “el costo de una pandemia eclipsa los costos de preparación. El financiamiento es clave para poner fin a esta pandemia y protegernos de la próxima. El retorno de la inversión en preparación para una pandemia es inmenso. Tomaría 500 años gastar en preparación lo que el mundo está perdiendo hoy a causa del Covid-19”.
En consecuencia, el informe recomienda a todos los países que financien estos bienes públicos y que presten atención a las fallas de los mercados para alcanzar los objetivos de la salud universal – entre los que se mencionan la vigilancia epidemiológica, la preparación para epidemias y otros desastres, los sistemas de laboratorios, los programas de vacunación, las acciones preventivas.
Por esta razón, quien suscribe decía en un artículo publicado en Acento en septiembre de este año: “Es imprescindible invertir en un sistema robusto de salud pública. Y esto no significa hacer más hospitales públicos ni mejorar los existentes, aunque eso sea necesario para otros fines. En la República Dominicana, la expresión salud pública tiende a confundirse con la gestión pública de las entidades proveedoras de servicios. Pero, en realidad, esta expresión significa el cumplimiento de las llamadas funciones esenciales de salud pública, relacionadas con el seguimiento de la situación de salud, la vigilancia epidemiológica, la promoción de la salud, la participación de la ciudadanía, el desarrollo de políticas y planificación, la regulación y fiscalización, la promoción del acceso equitativo de la población, el desarrollo de los recursos humanos, la garantía de calidad, la investigación en salud pública y la reducción del impacto de las emergencias y desastres. Estas funciones, a cargo del Ministerio de Salud Pública, han sido descuidadas y pobremente financiadas a través de las décadas”.
En la República Dominicana se destina menos del 1% del gasto corriente en salud a las tareas de vigilancia epidemiológica y preparación para epidemias, según cifras publicadas por el Ministerio de Salud Pública para el año 2017. Esta cifra era muy inferior a otros países de la región como, por ejemplo, Costa Rica.
Es fundamental aumentar estas inversiones y monitorear su gasto. De hecho, el informe que comentamos considera que el monitoreo permanente, transparente y a tiempo del gasto en salud es un bien público en sí mismo, que debe ser financiado y fortalecido adecuadamente. De hecho, la División de Cuentas de Salud del Ministerio de Salud Pública debe ser fortalecida, después del abandono que sufrió en los últimos dos años del pasado gobierno. Y no sólo esta división. Todo lo que se refiere a la producción de datos, estadísticas y sistemas de información necesita fortalecimiento e inversión adecuada, pues no es posible planificar a ciegas, sin datos sólidos y transparentes que permitan guiar las decisiones.
Finalmente, el informe recomienda asignar prioridad al financiamiento público a la salud que asegure equidad, acceso y protección financiera a las familias, dentro de un enfoque de atención primaria en salud, asegurando no dejar a nadie atrás. Una consecuencia positiva de la pandemia han sido los avances en la digitalización de los procesos y ha mostrado que es factible la salud digital, que permitirá realizar las interconexiones que permitan hacer realidad la integralidad de la atención.
Hemos insistido por mucho tiempo en estas prioridades. La experiencia de este 2020 nos da la razón una vez más. Dentro de cinco meses, las leyes que configuran nuestro sistema y que consagran la atención primaria en salud, cumplirán 20 años. Ya es hora de hacerlas realidad.
Publicado en Acento
11 de diciembre 2020
https://acento.com.do/opinion/inversion-en-salud-y-seguridad-nacional-8891586.html